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LA ENVIDIA

Coincidiendo con los últimos artículos sobre las diferentes ambiciones y competencias sociales, hoy me gustaría hablar de la envía. Puesto que tal elemento se encuentra en muchas personas implantada con cierta patología. Este elemento produce desdicha junto con una gran alteración emocional tanto aquella que la siente como a quién la padece. Por poner un ejemplo, dentro del campo que nos compete, vemos como la envidia penetrante como un asesino sigiloso; se dirige aquellas parejas que son felices.

El observador ve como amenazador e incluso cierto insulto si una pareja se quiere, se ama, se respeta. Hoy en día si te van mal las cosas sentimentalmente se produce cierta satisfacción en el ajeno, pues le permite vivir su propia falacia social con reseña en la carencia del observado. Es decir, si en la pareja que tiene cerca su vida es pésima piensa que todo es normal y que su situación esta dentro de la misma varianza poblacional.

Sin embargo, cuando por el contrario surge que a un conocido, un amigo un vecino su vida es maravillosa y tiene una pareja estable, es feliz y se aman. La cizaña será imparable e insaciable. Se producirá la envidia desde niveles miserables e increíbles. Dando paso a cierta enfermedad, con connotaciones de carencias emocionales, baja autoestima, inseguridades y miedos. Estos sentimientos se fusionaran produciendo una verdadera artillería hacia esas personas que son felices.

Esta señora envidia tiene ciertos indicadores que permiten reconocerla cuando viene de los otros hacia nosotros. Sin embargo, ya que nuestra intuición es el mayor detector es casi mas importante que aprendamos a evitar a quienes la padecen para no ser salpicados y seguir felizmente con nuestras vidas.

La prevención comienza en el seno familiar dese una visión psicoanalítica donde el aprendizaje primario resulta nuestro molde para nuestras vivencias futuras,  produciendo durante la infancia aquellos valores de la tolerancia, el respeto, donde las explicaciones claramente producen en una persona educada familiarizada con un entorno sano, en pocas ocasiones fluirá esta envidia y desde luego nunca de una forma dañina ni  patológica.

El éxito no tiene porque venir dado desde dimensiones materiales, en este caso esta claro hablamos de parejas felices, donde su amor empuja a la ganas continuas de hacer cosas, vivir, realizarse y experimentar adversidades desde una mira positiva. Por tanto, este amor de pareja será el reflejo en el fluir de todo aquello que les rodea y resultarán plato exquisito para todo hambriento de la verdadera carencia que esconde la envidia del amor. Todo tiene arreglo desde la psicología ecológica enseñando como este pesar  tiene cura, indicando a la persona del por qué la padece y por qué la siente, con su cura mediante herramientas sencillas erradicando su pesar, produciendo una perspectiva nueva.