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Conciencia colectiva

Después de un tiempo sin ganas de escribir ante la ignorancia y la falta de conciencia colectiva, aburridos en continuas ideologías añejas, incrustadas en heridas profundas, y perforadas por energías malgastadas en disputas desde un 1935. Ni Japón, nos ha servido para revolucionar el pensamiento universal. Sin embargo, es cómodo vivir sumergidos en creencias sociales y grupales que ciegan e impiden evolucionar. Por ello, es imposible que avancemos hasta romper líneas de conciencia de clases, sociales y de género.

La mayoría de las conversaciones se basan en diseños materialistas, con actitudes llenas de rivalidad. Ha muerto el talento distintivo, sin presencia de ideas enriquecedoras, ni pasiones que despierten la conciencia colectiva. Si observamos, el campo de psicología y el de física, se encuentran altamente ligados y dan una explicación a los umbrales de percepción de cada individuo dentro de la sociedad. Esta unión, nos da un avance sobre los acontecimientos actuales y los pensamientos extremistas y opuestos.

No se presentan fortalezas aportadas como pudo ser las del premio Nobel en 1918 Max Planck científico, tan nombrado por ser el fundador de la física cuántica. Este físico, nos informó sobre la importancia de la conciencia, nos decía que todo asunto deriva de la conciencia. Por tanto, en consideración con una línea de unión entre psicología y física tenemos el caso del científico Donald Hoffman nos refleja la presencia actual del hombre es terriblemente esclavo de la aprobación de los demás y el éxito junto a el bienestar vienen de fuera y más que liberarles le oprimen. Por otro lado, poder fundamentar y consolidar las leyes morales es tratar un campo delicado, se vive bajo múltiples líneas delgadas imposible de alcanzar esa conciencia universal como indicaba Kant 1724. Cada individuo va forjando la llamada conciencia según sus experiencias, su entorno familiar y social. Este conjunto concederá determinados pensamientos que le permitirá acercarse a esa conciencia colectiva, tan necesitada y a falta de enriquecer.

Es imprescindible alimentar la conciencia individual para pertenecer a la conciencia grupal, no dejarse inculcar con ideas dictadas que no permiten infligir sus leyes y castigan continuamente por trasgredir esas normas e identifican al individuo como antisocial. Se debe observar y analizar la relación de los deseos individuales y ajustarse a la realidad. Sin el intento de esa evolución de conciencia se presenta un hombre con una psique llena de frustraciones y desdichas. Arrastrado a un pensamiento de uno de los grupos extremistas con ideas radicales y no universales.

El alboroto cultural actual es el resultado del efecto de unos niños del pasado que han formado una conciencia moral dividida. Con residuos de sueños rotos y pensamiento encerrados en ideas esclavas de sus antepasados. Por tanto, no debemos olvidar que la moralidad es aprendida y estamos viviendo en una sociedad deteriorada. Deberíamos de obligarnos a repararla para crear la conciencia colectiva universal y destruir la heterogeneidad de las diferentes normas morales.

Referencias

Hoffman, D. 2016  https: