El derecho a morir dignamente.

Por el escritor y colaborador Chema Gomez Hontoria:
Hace unos días entre noticias de corrupción, copas de Europa y otras noticias de interés se abría paso un hombre tumbado en su cama que pedía que le dejasen morir. Cada cierto tiempo tenemos una noticia de este tipo, es como la noticia de los ancianos que se bañan el día de año nuevo o la del calor que hace en Sevilla algún día de verano. De vez en cuando sale alguien en la tele pidiendo que le dejen morir, a veces, incluso, se debate al respecto, algún político promete que va a regular el derecho a una muerte digna. Al poco tiempo se da la noticia del fallecimiento de la persona que armó tal revuelo y todo vuelve al estado inicial.
Está claro que al ser humano en lo que menos le gusta pensar es en su muerte, a pesar de que sabemos que es algo ineludible muchas veces nos creemos inmortales. Pero no, todos vamos a morir y lo que tenemos claro es que todos queremos una muerte digna.
La verdad es que este tema me toca muy de cerca en esta ocasión. Luis, la persona, el ser humano, que está pidiendo que le dejen morir con dignidad es amigo mio. Tiene 50 años y hace unos diez le diagnosticaron una de esas enfermedades que más afectan a la gente de mediana edad, la Esclerosis Múltiple. Solo un porcentaje muy pequeño de los enfermos de esclerosis múltiple tienen la misma variedad que Luis. Luis padece una esclerosis múltiple primaria progresiva. Dicen, con razón, que la esclerosis multiple es la enfermedad de las mil caras, no hay dos enfermos con los mismos síntomas y aunque para otros casos de esclerosis hay tratamientos más o menos efectivos, para la de Luis y otros como él no. En la actualidad hay algunos medicamentos en fase de ensayo que pueden traer algo de esperanza para los afectados de este tipo de esclerosis. Luis ya no tiene esperanza, el tratamiento llegará tarde para él. Inmóvil en la cama, con grandes dolores a pesar de la fuerte sedación que entra por sus venas todos los días, ha decidido poner fin a todo este sufrimiento, y la única forma es morir.
Luis, quiere hacerlo con dignidad, sin necesidad de crear ningún conflicto a los que ama, sus amigos y su familia lo aceptamos, porque hemos conocido a Luis, y sabemos que si una persona tan vitalista como él pide eso es por que realmente es lo que quiere.
Los médicos han decidido que debe sufrir más, no hay ninguna expectativa de curación.
Hay muchos matices en el tema de la eutanasia, hay gente que está en contra por que temen que se use para otros fines, otros por ideas religiosas del tipo “si dios te da la vida sólo dios te la puede quitar”. Pero en este caso estamos hablando de una persona que lo está pidiendo en pleno uno de sus capacidades mentales, no está en estado vegetativo ni nada similar. En los debates en televisión todos están de acuerdo, algún político ha prometido que lo llevará en su programa pero pronto se olvidará entre casos de corrupción y copas de Europa.

Artículo del colaborador Chema Gómez Hontoria