QUE SUCEDE SI ACUDES EN BUSCA DE AMOR A TRAVES DE LA RED Y CITAS A CIEGAS. «PRIMERA PARTE»:

La prosperidad en el campo de internet asegura la instancia tanto de los ciber agresores como de los depredadores. Además de un segundo pasaje donde el individuo añade a su repertorio de conductas, la inesperada y sutil adicción a internet fruto del impulso por gozar y continuar los sucesos en las vidas ajenas. Los cotilleos y los chantajes emocionales pueden incluirse entre las perversiones morales. La difamación, vidas falsas envueltas en papel de regalo. Son inventadas como en los cuentos con  ventas de personalidades ofrecidas de una forma gratuita a un público desconocido y fácil de conquistar. Nuevas formas de vivir donde se da paso al fantasma del individuo que participa en este mercado de consumo. Por otro lado, la responsabilidad de responder a etiquetas y símbolos sociales, donde el hombre ha de ser varonil y dar la talla. Esta locura de perversiones civilizadas da pie a un circulo de elementos relacionados, mediados por el impulso de un mundo mágico erotizado.

Este círculo vicioso en continua relación pasa a que los individuos sometidos a estereotipos y a las exigencias de los depredadores que han de formar parte de la industria farmacéutica, ya que, el varón se ve obligado en muchos casos a comprar y consumir viagras. Indudablemente sumando protecciones ante enfermedades contagiosas que son productos de la promiscuidad y de rápido alcance. Ya que, el individuo pasa a ser un producto de supermercado. También se ha de saber que no todo el mundo utiliza protecciones alcanzando en España la tasa de incidencia del VIH, superando en cuatro puntos la media de la Unión Europea, que se sitúa entre 6 y 7 afectados por cada 100.000 personas y en España de un 10 entre 100.000 habitantes. Según explicó (José Verdejo, 2013) responsable del Servicio de Vigilancia Epidemiológica de la Comunidad de Madrid. Estos datos fueron obtenidos el 10 de Octubre del 2013.

En la actualidad la tasa global de nuevos diagnósticos de VIH en España la tasa es superior a la media de la Unión Europea y de los países de Europa Occidental, estos datos fueron obtenidos el 30 de junio de 2017 dentro del sistema de información sobre nuevos diagnósticos de VIH.

Por otro lado, esta elasticidad del mundo perverso y su transgresión empuja el aumento del consumo de cocaína y otras drogas.  El consumo en cocaína como droga estimulante ilegal es la más consumida en Europa. Los cinco países donde hay más prevalencia son: Reino Unido (9,7%), España (9,1%), Irlanda (7,8%), Italia (7,6%) y Francia (5,4%). Cuatro de estos cinco repiten en el consumo de cannabis, que encabeza Francia (40,9%), Dinamarca (35,6%), Italia (31,9%), España (31,5%) y Reino Unido (29,4).

La depredación que ejecuta el mundo perverso mediante miles de campos como por ejemplo las redes de citas, estas utilizan agencias de ciber-parejas como “Meeting” “eDarling”, “Speeddating. “Se trata de empresas consultoras que ofrecen buscar parejas con cierta afinidad. Encuentros de individuos de forma fortuita, aceptando a ciegas todo un mundo sumergido perverso que engrana toda una maquinaria cuyo fácil acceso recae en víctimas inocentes, ilusoria que en muchos casos van buscando una relación platónica o en el extremo disruptivo para tener un acto sexual rápido sin compromiso.

El perverso podrá manejar a su antojo a las personas y realizará sus actos en estos medios mediante persuasiones, embaucando a la víctima con intriga sobre un aparente mundo perfecto, ocultando los verdaderos hechos y su identidad. Se banalizará la situación y el comportamiento del perverso aparecerá ignorado al otro para complacerse en su deseo. Estos encuentros serán manipulados con seducción por el morbo e incluso entrando en un mundo de consumo o convenciendo de compras dirigidas a objetos fetichistas preparados para el momento.

Rojas y Sternbach (1997), psicoanalistas, habla de los “ideales ligado al consumo”. Estos ideales tendrían que ver con la obtención de objetos materiales y no materiales que se encuentren en valor adquirido gracias a las modas o la influencia de los medios de comunicación, que introducen una renovación constante de estos objetos, volviéndoles desechables.